Con profundo pesar, desde la Asociación de Empleados de Aduana despedimos al Papa Francisco. Su partida deja un vacío inmenso, pero su legado perdurará en los corazones de millones de personas.
Francisco, cuyo nombre de nacimiento era Jorge Mario Bergoglio, trascendió las fronteras de la Iglesia Católica y se convirtió en un símbolo de esperanza, compasión y humildad para personas de todas las religiones y credos. Su mensaje de amor, justicia social y diálogo con otras religiones resonó en un mundo sediento de paz y unidad.
Recordaremos su incansable defensa de los marginados, su compromiso con la protección del medio ambiente y su llamado a construir puentes en lugar de muros.
En estos momentos de duelo, pedimos consuelo para su familia, sus seres queridos y todos aquellos que encontraron inspiración en su liderazgo. Que su ejemplo nos guíe en el camino de la bondad y la solidaridad, y que su legado siga iluminando el mundo con la luz del amor y la esperanza.
Seguiremos rezando por él, elevando nuestras oraciones por su eterno descanso.